Te estuve esperando
Te estuve esperando aquí en la orilla de mis días, con la mirada fija en la posibilidad de verte aparecer en algún lugar del horizonte. Ahora entiendo que llegarías desde otro lado, de un recuerdo desde adentro, capturada en mis palabras.
(Una sensación de río que lleva pero no arrasa, de caudal que da forma pero no destruye, de cauce que guía y no aleja).
Te estuve esperando en esta esquina del mundo, con las ganas bien arraigadas en el deseo de verte aparecer en algún punto de la historia. Ahora entiendo que llegarías desde otro lado, como un eco imperceptible, como una ola muy suave después de que la piedra cayera al agua.
(Una sensación de música que llena pero no ensordece, de sonido que toca pero no invade, de canción que cura y que repara).
Te estuve esperando aquí en el rincón perdido que es esta ciudad enorme, con la corazonada constante que decía que vendrías. Ahora entiendo que llegarías desde otro lado, desde un latido persistente, desde algún sitio escondido en mi memoria lejana.
(Una sensación de mar en calma, de tormenta que acaba de terminar, de pradera, de valle, de bosque en otoño y de días de playa).
Te estuve esperando aquí en la sala de esta casa, con la convicción absoluta de que te reconocería en cuanto te viera llegar, como un faro radiante, como una almenara encendida, como una luz continua en medio de la nada.
Te estuve esperando aquí en la orilla de mi vida. Ahora entiendo que era yo el que llegaba.
